¿Te cuesta concentrarte? ¡Fíjate en lo que comes!

Cada alimento que ingerimos afecta cada célula de nuestro cuerpo y, aunque no lo creas, tiene la capacidad de cambiar el cerebro de una manera notable.

Cuando estamos estresados o apurados, tenemos la tendencia a acudir a los dulces, papas fritas y otras chucherías. Sabemos que no son muy saludables, pero nos dan energía y satisfacción en el momento. El problema radica en que son carbohidratos simples y están llenos de aditivos y conservantes, que elevan considerablemente nuestros niveles de insulina y alteran la química cerebral, a veces incluso poniéndonos hiperactivos y desenfocados, viniendo luego ese bajón que nos hace pedir más.

Justamente en esos momentos en que “sales del paso” con cualquier comida o merienda, porque tienes algo importante que hacer, es cuando más necesitas energía de calidad, para poder afrontar con mente clara lo que tienes por delante. Más